La madrugada del martes 12 de noviembre, vecinos cercanos a la Penitenciaría del Litoral, ubicada en la vía a Daule, fueron testigos de una explosión de violencia que desató disturbios dentro del penal. Policías se desplegaron rápidamente para controlar el caos, que llevaba meses sin registrarse en este centro carcelario.
Según un informe preliminar, se escucharon detonaciones de arma de fuego en el pabellón, mientras varios internos huían del área en medio del tiroteo. Los agentes, que llegaron al lugar en las primeras horas de la mañana, confirmaron que había reos muertos y heridos.
El SNAI, entidad encargada de la administración penitenciaria, reportó pasadas las 09:00 que el saldo de víctimas asciende a 15 fallecidos y 14 heridos, dejando en evidencia la magnitud de la violencia interna.
En respuesta al incidente, un helicóptero sobrevoló la penitenciaría para obtener una vista panorámica de la situación, mientras las autoridades intentan esclarecer las causas detrás de este nuevo estallido de violencia en uno de los centros más conflictivos del país.
Moradores cercanos a la Penitenciaría del Litoral, ubicada junto a otros centros carcelarios, reportaron a las 03:00 de la madrugada fuertes detonaciones que sacudieron la zona, desatando una ola de pánico. La violencia interna llegó a su punto máximo, y varias ambulancias acudieron al lugar para trasladar a los heridos graves a hospitales cercanos.
El terror no solo se vivió dentro de las instalaciones, sino también fuera, cuando los familiares de los reclusos comenzaron a llegar desesperados, buscando información sobre el estado de sus seres queridos. La situación se volvió aún más tensa cuando unidades tácticas del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) ingresaron al penal para poner orden en medio del caos.
La vía a Daule, cercana al penal, se congestionó por completo mientras se desplegaban recursos policiales, y las cámaras de Segura EP mostraron una larga fila de vehículos dirigidos hacia la penitenciaría, donde la situación seguía siendo incierta.
El SNAI actuó rápidamente, desplegando al Bloque de Seguridad para tomar control total de las instalaciones y lanzar un operativo de requisa masiva. Además, se iniciaron investigaciones exhaustivas para determinar las causas de los disturbios.
A pesar de la magnitud del incidente, el SNAI aseguró que el centro penitenciario se encuentra bajo control absoluto, aunque las secuelas de este estallido de violencia siguen siendo devastadoras.