Central Mazar al borde del colapso por nivel crítico de su embalse

El complejo hidroeléctrico Paute ha vuelto a operar tras estar dos días inactivo. A pesar de que las tres centrales ya están en funcionamiento, los embalses aún se encuentran por debajo del nivel óptimo, lo que pone en riesgo la estabilidad de la producción.

La generación hidroeléctrica cubre el 68% de la demanda de energía en Ecuador, pero la sequía ha puesto en jaque este sistema vital. Las centrales hidroeléctricas están funcionando al límite, debido a los niveles insuficientes de agua para operar con normalidad.

A pesar de las dificultades, el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) no tiene otra opción que seguir apostando por este recurso para cumplir con los cortes programados de energía de entre seis y siete horas. Un claro ejemplo de esta situación crítica se refleja en las tres centrales de Paute, en Azuay.

Este fin de semana, la central Mazar estuvo apagada para recuperar la cota de su embalse, que se encuentra a 2.111 metros sobre el nivel del mar, por debajo del mínimo necesario para operar. A pesar de este panorama, Mazar se reactivó el 25 de noviembre de 2024 por seis horas, y volvió a encenderse este martes 26 a las 08:00, lo que pone en riesgo de colapso al embalse.

Las centrales Molino y Sopladora también están operando tras dos días de inactividad. Molino tiene una cota de 1.981 metros, apenas por encima del mínimo de 1.975 metros, mientras que Sopladora está a 1.315 metros, a solo tres metros de alcanzar su cota mínima.

En estas condiciones, las tres hidroeléctricas están aportando 487 megavatios a la red, pero esta cantidad sigue siendo insuficiente. Las autoridades decidieron reactivarlas, ya que la energía de Colombia y la producción de Coca Codo Sinclair no son suficientes para cubrir la demanda. Coca Codo genera solo 400 megavatios, apenas el 27% de su capacidad.

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