El mundo llora la partida del Papa Francisco: muere a los 88 años por neumonía

El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano y figura clave del catolicismo moderno, ha fallecido a los 88 años en el Vaticano, víctima de una neumonía bilateral. La noticia provocó una ola de conmoción global, dejando un profundo vacío en millones de fieles que vieron en él un símbolo de renovación, humildad y diálogo en tiempos turbulentos.

En la madrugada del 21 de abril de 2025, el Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, partió en paz desde su residencia en la Casa Santa Marta, en el corazón del Vaticano. Tenía 88 años y enfrentaba una dura batalla contra una neumonía bilateral, que terminó por apagar la voz de uno de los líderes espirituales más influyentes de nuestro tiempo. La noticia fue confirmada por el camarlengo, cardenal Kevin Joseph Farrell, y de inmediato el mundo entró en un estado de luto global.

Un pontífice que rompió moldes

Elegido el 13 de marzo de 2013, Francisco se convirtió en el Papa número 266. Su llegada al trono de Pedro marcó hitos históricos: fue el primer pontífice jesuita, el primer latinoamericano y el primer argentino en liderar la Iglesia Católica. Su elección tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI representó un cambio de época.

Nacido en Buenos Aires en 1936, Bergoglio eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, el santo de la pobreza, la paz y la ecología. Su papado estuvo marcado por un estilo cercano y austero, que conquistó corazones dentro y fuera del catolicismo.

Un mensaje de humildad en tiempos de crisis

Desde su primera aparición en el balcón de San Pedro, pidiendo simplemente que el pueblo «rezara por él», Francisco dejó claro que su liderazgo no sería convencional. Rechazó los lujos del Vaticano, vivió en una residencia modesta, usó autos comunes y caminó con los más olvidados.

Con encíclicas como Laudato si’ y Fratelli tutti, el Papa puso en el centro temas como el cuidado del planeta, la fraternidad universal, la justicia social y la dignidad de los migrantes. Su voz se volvió un faro moral en medio de un mundo fracturado.

Gestos que hicieron historia

Francisco no temió entrar en terrenos sensibles. Se reunió con el gran ayatolá Al-Sistani en Irak, firmó un histórico acuerdo de fraternidad con el imán de Al-Azhar y estrechó lazos con líderes de otras religiones. En 2016, protagonizó el primer encuentro entre un Papa y un patriarca ortodoxo ruso en casi mil años, al reunirse con Kirill en Cuba.

Reformas, tensiones y aperturas

Durante sus 12 años de pontificado, impulsó una reforma de la curia romana, promovió transparencia financiera, amplió el rol de las mujeres en la Iglesia y suavizó posturas en torno a la comunidad LGBTQ+ y a divorciados vueltos a casar. Su célebre “¿Quién soy yo para juzgar?” dio la vuelta al mundo como símbolo de apertura.

Aunque no cambió dogmas, sí desafió estructuras. Su visión pastoral, muchas veces criticada desde sectores conservadores, colocó a Francisco como una figura reformista, audaz y profundamente humana.

La noticia de su muerte corrió como un rayo. En cuestión de horas, miles de fieles comenzaron a llenar la Plaza de San Pedro, rezando, llorando y encendiendo velas. Líderes mundiales expresaron su respeto y admiración, describiéndolo como un “artesano de paz” y una “voz de los sin voz”.

En Argentina, su país natal, se decretaron tres días de duelo nacional, mientras países como Italia, Filipinas, Colombia y México organizaron actos conmemorativos. Las redes sociales se inundaron con mensajes bajo los hashtags #PapaFrancisco y #GraciasFrancisco.



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