El senador colombiano y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, fallecido este lunes tras 64 días de luchar por su vida luego de un atentado, será despedido con honores en el Capitolio Nacional. El Salón Elíptico, escenario de históricas ceremonias, acogerá su velación desde la tarde de hoy hasta el mediodía del miércoles, cuando su féretro será trasladado a la Catedral Primada de Colombia para la misa fúnebre.
Las mesas directivas del Senado y la Cámara de Representantes anunciaron en un comunicado que este será “el espacio en el que el Congreso y el pueblo colombiano podrán expresar su respeto, gratitud y despedida, reconociendo el legado político y humano de Uribe Turbay”. El velorio iniciará de forma privada para familiares y allegados, y abrirá sus puertas al público este martes por la mañana.
Desde tempranas horas, familiares, dirigentes políticos y diplomáticos llegaron para rendir tributo. Entre ellos se encontraban los expresidentes César Gaviria y Juan Manuel Santos, el alcalde de Bogotá Carlos Fernando Galán, y el jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Colombia, John T. McNamara. El salón, adornado con coronas fúnebres y pantallas con la imagen del senador, se convirtió en un punto de encuentro para figuras de diversas corrientes políticas.
Entre los presentes, destacó la llegada de María Claudia Tarazona, esposa del fallecido, quien abrazó a Miguel Uribe Londoño, padre del senador, en un momento de profundo dolor. La familia Turbay tiene un lazo especial con este recinto: allí también fueron velados su abuelo, el expresidente Julio César Turbay Ayala, en 2005, y su abuela Nydia Quintero, el mes pasado. Doña Nydia, recordada por su labor social a través de la Fundación Solidaridad por Colombia, asumió la crianza de Miguel tras el asesinato de su madre, Diana Turbay, periodista y víctima del cartel de Medellín en 1991.
La misa fúnebre de Miguel Uribe Turbay será presidida por el cardenal primado de Colombia y arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda, este miércoles.
El presidente Gustavo Petro lamentó la pérdida de uno de sus más férreos críticos, aunque no decretó duelo nacional. En contraste, varias ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga sí anunciaron tres días de duelo oficial como símbolo de unidad y reflexión para el país.