La tensión en el Caribe aumenta con la llegada de tres buques de guerra de Estados Unidos, un escuadrón anfibio, aeronaves de reconocimiento y más de 4.500 militares, entre ellos 2.200 marines, en una operación que se consolidará este domingo, según reportó Reuters.
La administración de Donald Trump sostiene que la acción busca frenar el narcotráfico en la región y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, también ha señalado al gobierno de Nicolás Maduro como parte del Cartel de los Soles, acusándolo de liderar una red de narcotráfico a gran escala. Ante este escenario, el cerco internacional contra Venezuela se intensifica, mientras Maduro desafía cualquier intento extranjero de sacarlo del poder.
Durante un encuentro con representantes de la Alianza Bolivariana (ALBA), cada vez más debilitada, Maduro pidió unidad regional y rechazó lo que calificó como un plan de “colonización e intervención” de Estados Unidos. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea venezolana, advirtió que cualquier extranjero que intente ingresar al país de manera ilegal “entra, pero no sale”.
#MUNDO| Durante la XIII Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), Nicolás Maduro pidió a los gobiernos cercanos que se unan "en defensa del derecho del pueblo venezolano a la soberanía, a la paz, a la… pic.twitter.com/CXZ9ITiCis
— ÚltimaHoraCaracol (@UltimaHoraCR) August 21, 2025
El chavismo, por su parte, ha movilizado a más de 4,5 millones de milicianos, incluidos civiles armados en brigadas populares. El propio Maduro ha entregado armas en actos públicos como muestra de respaldo militar a su régimen, pese a las cuestionadas elecciones que lo mantuvieron en el poder.
Mientras tanto, Estados Unidos mantiene en pie la recompensa de USD 50 millones por la captura de Nicolás Maduro, reforzando la presión sobre un gobierno que se atrinchera frente a la ofensiva internacional.