El 25 de agosto de 2025 marcará un giro en la vida política y judicial de José Serrano, uno de los rostros más conocidos del correísmo. Tras 17 días detenido en Miami, el exministro del Interior tendrá que comparecer ante las autoridades de inmigración de Estados Unidos, que decidirán si es deportado o procesado en ese país.
Serrano se encuentra en el Centro de Procesamiento Krome, bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Aunque los cargos en EE. UU. no se han hecho públicos, la presión contra el exfuncionario aumentó luego de que su exasesor, Diego Vallejo, presentara una denuncia en la Fiscalía de Florida en la que lo relaciona con actos de corrupción y presuntas actividades ilícitas con conexión internacional.
Vallejo, a través de la red social X, difundió un documento de 14 páginas enviado al Departamento de Seguridad Nacional. En el escrito solicita que Serrano no sea deportado y, en cambio, sea investigado bajo la justicia norteamericana.
El escenario para Serrano es aún más complejo: un día después de su audiencia en EE. UU., deberá enfrentar en Ecuador un nuevo proceso en el que la Fiscalía busca vincularlo al asesinato del excandidato presidencial Fernando Villavicencio, junto a figuras como Ronny Aleaga, Xavier Jordán y Daniel Salcedo.
Desde 2022, Serrano vive en Estados Unidos. Tras haber pasado por varios ministerios durante el gobierno de Rafael Correa y ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional, intentó lanzarse a la presidencia, pero renunció a su candidatura para no regresar al país, alegando razones de seguridad. Hoy, su futuro político y personal pende de dos juicios que podrían sellar su destino tanto en Ecuador como en Estados Unidos.