La crisis en Ecuador alcanzó un punto crítico la noche del 28 de septiembre de 2025. El presidente Daniel Noboa, acompañado de ministros y representantes internacionales, sufrió un ataque con bombas molotov mientras lideraba un convoy humanitario en Cotacachi, Imbabura, en medio del paro nacional.
Según la vocera del Gobierno, Carolina Jaramillo, alrededor de 350 personas emboscaron el convoy, que estaba custodiado por unos 50 militares. El enfrentamiento dejó un saldo alarmante: 17 soldados fueron secuestrados, y hasta ahora se desconoce su paradero y estado de salud.
Entre los atacados se encontraban figuras de alto nivel, como los ministros de Defensa y Gobierno, John Reimberg y Giancarlo Loffredo, así como el nuncio apostólico Andrés Carrascosa, la embajadora de la Unión Europea Jekaterina Dorodnova, la representante de la ONU Laura Melo y el embajador de Italia Giovanni Davoli. La presencia de diplomáticos en medio de la emboscada le da un giro internacional a la crisis.
Jaramillo recalcó que lo sucedido ya no puede calificarse como protesta, sino como acciones delictivas de grupos violentos infiltrados que buscan generar caos y desestabilización. En los videos difundidos se observa la intensidad de la violencia contra las fuerzas de seguridad.
“La seguridad y la vida de los ecuatorianos es la prioridad. Rechazamos los ataques violentos, la retención de servidores públicos y la destrucción de bienes públicos y privados. Esto ya no es protesta, son delitos”, enfatizó la vocera.
Mientras tanto, el país entero sigue en incertidumbre por el destino de los militares secuestrados y la escalada de violencia que golpea a distintas provincias.