La noche guayaquileña fue testigo de una nueva tragedia vial. Un hombre en condición de calle murió tras ser arrollado por un bus de la Metrovía en la intersección de las calles Pedro Moncayo y Ayacucho, en el centro de Guayaquil, cerca de la medianoche del miércoles 22 de octubre.
De acuerdo con el informe preliminar de la Oficina de Investigación de Accidentes de Tránsito (OIAT), el ciudadano fue impactado mientras cruzaba por el carril exclusivo del sistema de transporte. El agente Hugo Carrión, a cargo del peritaje, indicó que se trató de “un atropello posterior a un arrollamiento, con resultado fatal”, y añadió que la víctima no portaba documentación, por lo que se presume que vivía en situación de indigencia.
“El sector presenta una deficiente iluminación, lo que pudo haber contribuido al siniestro. Es posible que el conductor del bus no haya visto a tiempo a la persona”, explicó Carrión.
El agente también confirmó que, al momento de llegar las autoridades, el conductor del bus no se encontraba en el sitio del accidente. Solo el articulado permanecía detenido, por lo que fue trasladado al centro de retención vehicular mientras avanzan las investigaciones.
La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) y la Fiscalía revisarán las cámaras de seguridad del sector para determinar responsabilidades y esclarecer si el conductor incumplió los protocolos de emergencia.

El cuerpo del hombre fue levantado por personal de Criminalística alrededor de las 02:00 de la madrugada y llevado a la morgue de Guayaquil, donde se espera su identificación oficial.
Este nuevo siniestro revive la preocupación por la seguridad peatonal en los carriles de la Metrovía, una zona donde los transeúntes —especialmente personas en situación vulnerable— enfrentan altos riesgos por falta de iluminación y señalización adecuada.
Mientras las autoridades investigan las causas, la ciudad despierta con una víctima más del tránsito urbano, una vida anónima que se apaga entre los ruidos de la noche y la indiferencia de una ciudad que no se detiene.
