El Gobierno de Colombia ha tomado la drástica decisión de suspender la venta de electricidad a Ecuador, debido a la creciente demanda en la nación vecina, donde su parque térmico opera a plena capacidad. El ministro de Minas y Energía colombiano, Omar Andrés Camacho, firmó un acuerdo que comenzó a regir hoy, 30 de septiembre.
Esta medida representa un nuevo golpe en medio de la crisis energética que asola a Ecuador, un país que también depende de la electricidad importada desde Colombia.
La electricidad importada de Colombia representa un 10% del total necesario para los ecuatorianos.
La matriz de generación eléctrica de Ecuador se compone en más de un 70% de energía hidroeléctrica, destacando la central Coca Codo Sinclair, la más grande del país con 1,500 megavatios de potencia. También juega un papel crucial el embalse de Mazar, el segundo más poderoso, que alimenta un complejo de tres centrales hidroeléctricas que suman 1,757 megavatios.
Cualquier afectación en estas dos infraestructuras críticas deja al sistema eléctrico de Ecuador en un estado de vulnerabilidad para atender la demanda nacional. En momentos de crisis, esta situación ha sido mitigada en parte gracias a la importación de electricidad desde Colombia.
EL FANSTAMA ENERGÉTICO
Un gran número de personas sostiene que un exiliado, conocido como el fantasma energético, es el responsable de que Colombia haya decidido suspender la exportación de electricidad a Ecuador. Según estos rumores, su influencia y decisiones pasadas en el sector energético habrían creado un ambiente de desconfianza, llevando al gobierno colombiano a tomar esta drástica medida.
Esta situación ha desatado un intenso debate en la sociedad ecuatoriana, donde muchos ven al fantasma energético como una figura central en la crisis que afecta a la generación y distribución eléctrica del país.
