A pocas semanas de la consulta popular y referéndum del 16 de noviembre, el presidente Daniel Noboa encara un desafío clave: reconquistar el voto indígena, un electorado que fue fundamental para su triunfo en la segunda vuelta de abril de 2025.t
Durante esos comicios, Noboa obtuvo alrededor de 465 mil votos indígenas, equivalente al 3,34 % del padrón electoral. Sin embargo, tras el paro nacional de 31 días, la relación entre el Gobierno y el movimiento indígena —especialmente con la Conaie— se ha enfriado.
El peso del voto indígena
Según el INEC, más de 859 mil ciudadanos indígenas están habilitados para votar, lo que representa el 6,16 % del electorado nacional. Analistas coinciden en que su respaldo podría ser decisivo para el futuro político del mandatario.
El periodista Martín Pallares, columnista de Diario Expreso, sostiene que el movimiento indígena se encuentra dividido y que el conflicto con la Conaie no necesariamente impactará todo el voto indígena.
“No me sorprendería ver que Noboa conserve gran parte de ese apoyo. El paro fue muy focalizado, sobre todo en Imbabura, mientras que provincias como Cotopaxi o la Amazonía no se movilizaron”, explicó.
La estrategia del Gobierno
Para la consultora electoral Stephanie Macías, el presidente aún tiene margen para recuperar terreno si refuerza su discurso de seguridad y orden.
“Tras el paro, Noboa logró instalar la idea de que el control y la estabilidad son prioridad. Si mantiene ese enfoque, podría conservar más del 50 % del respaldo indígena”, asegura.
Macías, sin embargo, advierte que la ciudadanía también observa con atención otros escándalos políticos, como el caso del Porsche negro vinculado a un atentado, lo que podría afectar la percepción de transparencia del Gobierno.
Riesgo urbano y desgaste político
La investigadora Tatiana Larrea, del CIEES, apunta que el verdadero desafío de Noboa no está en el campo, sino en las grandes ciudades.
“En Quito, la desaprobación supera el 60 %, y en Guayaquil ronda el 43 %. La gente está cansada y eso puede reflejarse en la consulta”, señaló.
Larrea también alerta que, aunque la pregunta sobre una Asamblea Constituyente podría generar consenso, el riesgo político aparecerá en la elección de los constituyentes.
“Si el correísmo logra mayoría, Noboa podría perder el control del proceso y enfrentarse a una nueva Constitución contraria a su gobierno”, advirtió.
Una consulta con múltiples lecturas
Los tres analistas coinciden en que el referéndum de noviembre no será solo una votación sobre reformas, sino el inicio de un proceso político más profundo que podría redefinir el mapa del poder en Ecuador.
Para Noboa, el reto es doble: mantener la confianza del electorado urbano y reconstruir puentes con las bases indígenas, sin las cuales su proyecto de estabilidad política podría tambalear.