El incendio forestal en Quilanga sigue fuera de control y continúa arrasando con devastadora intensidad.
Desde hace ocho días, las llamas han destruido vastas áreas en la parroquia San Antonio de las Aradas, en Loja. En la madrugada del 30 de agosto, el fuego, avivado por vientos de hasta 50 kilómetros por hora, no mostró signos de amainar, aumentando la magnitud del desastre.
La mañana del 29 de agosto dejó un panorama devastador en Quilanga: el cielo estaba cubierto de ceniza y humo, y dos casas habían quedado reducidas a escombros. Un residente afectado describió la noche como «extremadamente dramática,» reflejando la magnitud de la tragedia que azota la región.
¿De cuanto son las perdidas?
El pequeño cantón de Quilanga, con solo 1,500 habitantes, ha sido devastado por un incendio que ha destruido por completo sus valiosos cultivos de café y pastizales.
Celmira Castillo, residente de Las Aradas, enfrentó las pérdidas con profunda tristeza: «Nuestros huertos y cafetales están desapareciendo. Todo el esfuerzo y trabajo que pusimos se ha convertido en ceniza en un abrir y cerrar de ojos.»
Carmen Salinas, afectada con su familia, sufrió una pérdida monumental de aproximadamente USD 70,000. El fuego mató a 6,000 aves de corral en su granja avícola y arrasó en solo 10 minutos con 10 hectáreas de cultivos.
Casi 70 bomberos de cuatro provincias están luchando contra un incendio descontrolado, declarado «incontrolable» el 28 de agosto.
El fuego ha devastado hasta ahora 3,877 hectáreas, según la Secretaría de Gestión de Riesgos, mientras que la Alcaldía de Quilanga estima una cifra aún más alarmante de 8,000 hectáreas totalmente consumidas.
El esfuerzo ha sido costoso: tres bomberos han resultado heridos en el proceso de contener las llamas.
Hasta el momento, 10 familias han sido evacuadas. Un albergue fue habilitado en el centro poblado.