El Caribe vuelve a ser escenario de tensión militar. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó este martes que su país ejecutó un nuevo ataque letal contra una lancha presuntamente vinculada al narcotráfico, frente a las costas de Venezuela, en una operación del Comando Sur.
“Esta mañana, el Secretario de Guerra ordenó un ataque cinético letal contra una embarcación afiliada a una Organización Terrorista Designada (OTD) que realizaba narcotráfico”,
escribió Trump en su red Truth Social, confirmando la muerte de seis presuntos narcoterroristas.
Según la inteligencia estadounidense, la lancha transportaba narcóticos y mantenía vínculos con redes ilícitas asociadas a cárteles internacionales. El ataque —ejecutado en aguas internacionales— no dejó bajas en las filas del ejército norteamericano.
El mandatario acompañó su mensaje con un video impactante, en el que se observa cómo el proyectil impacta la embarcación, provocando una explosión que la envuelve en llamas.
Parte de una ofensiva más amplia
Este ataque se suma a cinco operativos similares que Estados Unidos ha ejecutado desde septiembre, tres de ellos en cercanías de Venezuela y otro frente a República Dominicana.
El 5 de octubre, el propio Trump confirmó el hundimiento de otra lancha sospechosa y advirtió que su país podría “trasladar pronto sus operaciones antinarcóticos del mar a tierra firme”, en alusión a una posible expansión de la ofensiva.
Días antes, el Pentágono había revelado otra acción militar contra embarcaciones que transportaban drogas en la región caribeña, reforzando la presencia naval bajo el argumento de combatir el narcotráfico transnacional.

Reacciones desde Caracas
El Gobierno de Nicolás Maduro reaccionó con dureza ante estos operativos, calificándolos como una “provocación militar” y una “amenaza directa” a la soberanía venezolana.
Desde Washington, en cambio, se sostiene que las acciones forman parte de una estrategia de seguridad regional, y que Maduro encabeza una red de narcotráfico internacional, acusación que Caracas niega rotundamente.
La escalada militar en el Caribe aviva las tensiones entre ambos países y deja abierta la posibilidad de nuevos enfrentamientos en una región donde la lucha contra el narcotráfico se mezcla cada vez más con intereses geopolíticos.