Con la luz del día, la escena del atentado con coche bomba ocurrido la noche del martes 14 de octubre en Guayaquil resulta aún más impactante.
Los ventanales de varios edificios quedaron destruidos, vidrios cubren las aceras y el olor a humo se mantiene en el aire. El estallido se registró frente al centro comercial Mall del Sol, en plena avenida José Joaquín Orrantia, una de las zonas más concurridas del norte de la ciudad.
Un ataque con consecuencias devastadoras
De acuerdo con la Policía Nacional, el vehículo se incendió primero y pocos minutos después estalló con fuerza, provocando una onda expansiva que afectó locales, oficinas y restaurantes cercanos.
Un taxista, que grababa el incendio con su celular, murió tras la explosión, mientras que 26 personas resultaron heridas, varias de ellas con lesiones graves.
Las autoridades dispusieron el cierre total de la avenida José Joaquín Orrantia, donde aún se realizan pericias y retiro de escombros. Los edificios aledaños permanecen evacuados, y el centro comercial continúa cerrado mientras se evalúan los daños estructurales.
Destrozos visibles y una ciudad conmocionada
Con la llegada de la mañana, se evidenció el nivel de destrucción: restaurantes, bancos y oficinas presentan daños en sus fachadas.
Uno de los locales afectados fue un restaurante de comida japonesa, cuyos ventanales quedaron completamente rotos. La onda expansiva también dañó vehículos estacionados y cámaras de seguridad de la zona.
Investigación en curso: Los Lobos, detrás del atentado
El ministro del Interior, John Reimberg, confirmó que la autoría del ataque correspondería al grupo criminal Los Lobos, y que el atentado sería una represalia por los operativos militares contra la minería ilegal realizados por las Fuerzas Armadas en Buenos Aires, Imbabura.
El Gobierno ha reforzado la presencia militar en puntos estratégicos de Guayaquil y anunció que este acto terrorista no quedará impune.
