Negarse a pagar extorsiones se ha transformado en un riesgo tangible para los comerciantes. En esta ocasión, un local de encebollados ubicado en el corazón de Guayaquil fue blanco de un acto violento, cuando desconocidos detonaron un artefacto explosivo como represalia.
Las autoridades investigan el incidente que resalta la creciente amenaza que enfrentan aquellos que rechazan ceder a las demandas extorsivas.