El crimen que horrorizó a Guayaquil: el brutal asesinato de una madre a manos de su hijo que estremeció al país

El asesinato de Martha W. a manos de su hijo en 2006 estremeció a Guayaquil. Santiago Bravo la descuartizó tras una discusión y fue condenado a 24 años de prisión. El caso vuelve a recordarse tras el reciente crimen de Andreína L.

El Ecuador aún no supera el impacto del reciente caso de Andreína L., acusada de asesinar y desmembrar a su madre en Guayaquil. Sin embargo, este tipo de crímenes, aunque estremecen a todo el país, no son nuevos. En 2006, un hecho similar ocurrido en la Isla Trinitaria dejó una huella imborrable en la historia judicial del país.

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Aquel año, Santiago Bravo, de tan solo 20 años, fue condenado por matar y descuartizar a su madre, Martha W., tras una discusión doméstica. Los detalles del caso, recogidos en los expedientes judiciales, revelan una historia de violencia, arrepentimiento y horror que marcó a toda una familia.

De una discusión al horror

El crimen ocurrió la noche del 8 de octubre de 2006, cuando una pelea por dinero terminó en tragedia. Según el testimonio del joven, su madre lo habría acusado de robar USD 67 y, en medio del enfrentamiento, él tomó un cuchillo y la apuñaló en la espalda. Martha cayó al suelo, aún con vida, y le pidió agua antes de perder la conciencia.

Horas después, Santiago —según confesó— utilizó una sierra para cortar el cuerpo en partes, intentando ocultar el crimen. Colocó los restos en distintos lugares del domicilio: el pozo séptico, un molde de monigote y bajo los muebles de la sala. Todo ocurrió mientras en la vivienda dormía un sobrino de apenas seis años.

El hallazgo del cuerpo

La familia comenzó a sospechar cuando Martha no respondió llamadas. Su pareja, alertada por el fuerte olor, encontró los restos escondidos bajo los muebles y acudió de inmediato a la Policía. Los agentes capturaron a Santiago, quien confesó el asesinato.

El testimonio más desgarrador fue el del pequeño Javier, el sobrino de la víctima. El niño relató ante las autoridades cómo vio a su tío atacar a su abuela con un cuchillo y luego tapar el cuerpo con láminas de zinc. “Le pedí que no la matara, pero él no me escuchó”, declaró el menor, quien se convirtió en testigo clave para resolver el caso.

Condena y años tras las rejas

El Tribunal de Garantías Penales sentenció a Santiago Bravo a 24 años de prisión por asesinato. Actualmente, con 39 años, continúa recluido en la Cárcel Regional de Guayaquil, donde cumple los últimos años de su condena. Además, fue sancionado con dos años adicionales por posesión de objetos prohibidos dentro del centro penitenciario.

Este crimen, ocurrido hace casi dos décadas, vuelve a resonar hoy tras el caso de Andreína L., que reabre el debate sobre la salud mental, la violencia familiar y las señales de alerta que muchas veces pasan desapercibidas hasta que el horror vuelve a repetirse.

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