La ciudad de Quito aún no sale del asombro tras conocerse los detalles de uno de los crímenes más impactantes de 2025. Mónica Páez Hinojosa, una adulta mayor de 70 años, fue asesinada el 16 de marzo mientras conducía hacia un encuentro religioso en el norte de la capital. Lo que en un inicio parecía un ataque aislado terminó revelando una conspiración familiar motivada por dinero y pólizas millonarias.
Un plan familiar que terminó en tragedia
La Policía Nacional confirmó que detrás del crimen no solo estuvieron sicarios contratados, sino también personas cercanas a la víctima: su propio hijo —que ya estaba privado de libertad por violación— y dos nietos. Según las investigaciones, ellos planearon el ataque para apropiarse de pólizas de seguro con montos elevados.
El día del asesinato, dos hombres en motocicleta interceptaron a Páez y le dispararon en cuatro ocasiones. En el sitio, agentes hallaron cinco vainas percutidas. Posteriormente, las cámaras de seguridad permitieron identificar a dos mujeres de origen colombiano que colaboraron con los atacantes, así como al conductor de un vehículo de aplicación que estuvo involucrado.

Cronología del operativo
- 9 de abril: fue detenido uno de los nietos de la víctima junto con el conductor del vehículo.
- 9 de julio: capturaron a una de las mujeres colombianas en el sector de la Mitad del Mundo.
- El autor material de los disparos, que ya había sido detenido semanas antes por narcotráfico, también fue vinculado al caso.
La Policía determinó que el ataque fue financiado con USD 15.000, con la promesa de entregar otros USD 20.000 una vez que se cobraran las pólizas.
Conexión con grupos criminales
De manera extraoficial, los investigadores señalaron que el sicario que ejecutó los disparos estaría vinculado al grupo delictivo organizado Los Lobos, lo que suma un componente aún más oscuro al caso.
Proceso judicial en marcha
Hasta el momento hay cinco procesados: cuatro con prisión preventiva y uno con medidas cautelares. Además, la Policía mantiene la búsqueda de otros dos implicados: uno de los nietos y el conductor de la motocicleta.
Este parricidio, en el que participaron un hijo y dos nietos contra su propia madre y abuela, ha generado una profunda conmoción en la capital, no solo por la brutalidad del ataque, sino por la traición familiar que lo originó.
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