Una familia que vive en un cerro entre los sectores de El Chorrillo y San Francisco, en el norte de Guayaquil, fue blanco de un atentado. Este violento incidente resalta la creciente preocupación por la inseguridad en la zona.
Estos criminales asesinaron a un padre, dejaron en estado crítico a una madre y su hijo; y destruyeron su vivienda.
Una adolescente de 15 años, que logró escapar del ataque, caminó casi dos kilómetros hasta la Unidad Policial Comunitaria de Villa Bonita para informar sobre este violento suceso. Su valentía al buscar ayuda subraya la gravedad de la situación y la necesidad de acciones inmediatas.
Los agentes se trasladaron con la menor al lugar del atentado, donde confirmaron la muerte violenta y constataron que el domicilio había sido devastado por una explosión. Este hallazgo resalta la brutalidad del ataque y la urgencia de una investigación.
La madre y el hijo tienen un pronóstico reservado tras ser hospitalizados, lo que genera preocupación por su estado de salud y resalta la gravedad de las heridas sufridas durante el ataque.
Según testimonios, la víctima mortal había recibido amenazas de miembros de una organización delictiva, que aparentemente buscaba adueñarse de esos terrenos. Este contexto sugiere que el atentado podría estar relacionado con disputas de poder y control en la zona.