Gabriela Echeverría y Héctor Zambrano llevaban entre ocho y once días fallecidos, según sospechas de familiares y amigos. El último contacto con ellos fue el 7 de agosto, y desde entonces comenzaron a buscarlos sin éxito.
El teléfono celular de Gabriela seguía sonando y recibía mensajes, marcando los dos íconos de “visto” en WhatsApp, según comentó Alexandra Gender, amiga de Gabriela.
“La hermana envió un mensaje el viernes y recibió una respuesta que decía: ‘Hola, estamos de viaje, pero no tenemos buena señal’. Sin embargo, esas palabras no coincidían con el estilo de Gabriela”, explicó Gender.
La pareja no se había comunicado con su familia durante toda la semana. Finalmente, fueron encontrados asesinados y enterrados en su finca en San Plácido, Portoviejo.
El hallazgo se confirmó el lunes 19 de agosto cuando los cuerpos llegaron a la morgue. Varios detalles en el caso despertaron sospechas de que algo no estaba bien.
¿Qué indicios levantaron las alarmas sobre el posible crimen?
Vicente Mieles, tío político de Gabriela, reveló que algunos familiares visitaron la finca la semana pasada para preguntar por ellos. En el trayecto, se encontraron con el capataz de la hacienda conduciendo la camioneta de Héctor Zambrano.
“Al ser interrogado, el capataz dijo que los propietarios se habían ido de paseo a Colombia”, comentó Vicente Mieles. Esto le parecía sospechoso a la madre de Gabriela, ya que ella tenía el pasaporte de su hija.
Mieles añadió que sospechan que el crimen podría haber ocurrido porque el empleado estaba robando en la finca y los dueños podrían haberlo descubierto. La posible reacción violenta del empleado habría llevado al asesinato.
Alexandra Gender, amiga de Gabriela, comentó que el robo podría ser la causa del doble asesinato, ya que después de la muerte de la pareja se vendió mucho ganado de la finca. Además, había madera cortada para vender y planes para más ventas.
“Se cree que llevaban unos once días muertos”, dijo Gender.
El trabajador no actuó solo; hay otros dos detenidos. La Policía indicó que el domingo 18 de agosto, estos individuos visitaron la finca en San Plácido, donde la pareja fue vista por última vez. Al llegar, encontraron varios indicios del crimen, que fueron recogidos por personal de Criminalística.
En el lugar, encontraron a un trabajador que afirmó que la pareja estaba secuestrada en el cantón El Empalme, en la provincia de Guayas.
En El Empalme, se localizaron y detuvieron a Jesús B. y Luis C., quienes confesaron haber asesinado a los esposos. Los agentes regresaron a la finca y realizaron una búsqueda, encontrando los cadáveres enterrados en el mismo terreno.