Cerca de las 23:00 del domingo 13 de octubre, el centro de Guayaquil vivió un episodio de violencia extrema: tres personas fueron baleadas en las calles Vélez y 6 de Marzo, justo al pie del emblemático Parque Centenario.
Según testigos, las víctimas fueron baleadas mientras conversaban en el lugar, cuando llegó un automóvil negro, con un sujetó que se bajó y les disparó en repetidas veces.
Los dos hombres heridos fueron trasladados de urgencia a un hospital cercano, mientras que una mujer lamentablemente perdió la vida en el lugar de los hechos.
La oscuridad provocada por los cortes de energía en la zona complicó gravemente las labores de los agentes de Criminalística, quienes se vieron obligados a utilizar linternas y las luces de sus vehículos para poder llevar a cabo su trabajo.
Uno de los sobrevivientes se encuentra en estado crítico tras el ataque. Este crimen atroz ocurrió a pocas cuadras de una Unidad Policial Comunitaria (UPC), que, según fuentes, no contaba con uniformados en ese momento, dejando a la comunidad vulnerable.
No fue la única balacera de la noche. En la cooperativa Unión de Bananeros, en el Guasmo Sur, un sicario asesinó a un hombre cuando caminaba por una calle del sitio.
Pero a esa misma hora en El Fortín, en el noroeste de Guayaquil, hubo otro ataque a bala. Cuatro hombres armados y encapuchados ingresaron a una vivienda y dispararon contra tres personas.
Dos de las víctimas fueron asesinadas dentro de la casa, mientras que el tercer hombre murió en los exteriores del domicilio, mientras intentaba escapar.
Los policías investigan las motivaciones de estos tres crímenes ocurridos en menos de cuatro horas en Guayaquil.