El cine mundial perdió a una de sus figuras más icónicas. Robert Redford, actor, director y fundador del Festival de Cine de Sundance, falleció este martes a los 89 años, en su hogar en las montañas de Utah, rodeado de su familia.
La noticia fue confirmada por su publicista, quien destacó que partió en el lugar que más amaba. Su muerte marca el final de una era en Hollywood, pero también deja un legado artístico y cultural que transformó la industria del cine.


De galán de Hollywood a pionero del cine independiente
Redford saltó a la fama en los años 60 y 70 con papeles inolvidables en películas como Butch Cassidy and the Sundance Kid, The Sting y The Way We Were. Su atractivo natural y carisma lo convirtieron en uno de los actores más admirados de su generación.
Pero su aporte no se limitó a la actuación. En 1980 ganó el Oscar como Mejor Director por Ordinary People, y en 1981 fundó el Instituto Sundance, que más tarde daría vida al festival de cine independiente más influyente del mundo.

Una carrera llena de reconocimientos
En más de seis décadas de trayectoria, acumuló dos Premios de la Academia, tres Globos de Oro y un premio honorífico Cecil B. DeMille. En 2016, el presidente Barack Obama le entregó la Medalla Presidencial de la Libertad, subrayando que los estadounidenses lo admiraban no solo por su talento, sino por su visión para impulsar nuevas voces en el cine.
Una vida marcada por éxitos y tragedias personales
Aunque disfrutó de una vida pública exitosa, también enfrentó momentos dolorosos. Redford perdió a dos de sus hijos: Scott Anthony, en 1959, y David James, en 2020. Le sobreviven su esposa, Sibylle Szaggars, y sus hijas Shauna Jean y Amy Hart Redford.
Un legado eterno
Robert Redford no solo fue un galán de pantalla, sino también un visionario del cine independiente, un activista comprometido y un artista que cambió la manera de entender Hollywood. Su huella seguirá viva en cada proyección del Festival de Sundance y en la memoria de generaciones de cinéfilos.