El universo del rock pierde a uno de sus pioneros más influyentes. Ace Frehley, el icónico “Spaceman” de Kiss, falleció a los 74 años, semanas después de haber sufrido un derrame cerebral. Su muerte no solo marca el final de una era, sino que reabre las discusiones sobre los conflictos internos que marcaron la historia de la banda.

El accidente ocurrió a finales de septiembre, cuando Frehley cayó en su estudio y sufrió un fuerte traumatismo que desencadenó un derrame cerebral. A pesar de los esfuerzos médicos, su estado no mejoró y su familia tomó la dura decisión de retirarle el soporte vital.
Una leyenda con luces y sombras
Frehley fue parte esencial del éxito inicial de Kiss desde su formación en 1973, junto a Paul Stanley, Gene Simmons y Peter Criss. Con su característico maquillaje plateado y su guitarra incendiaria, se ganó el respeto de los fans y el título de “el guitarrista más impredecible del rock”.
Sin embargo, su relación con el grupo estuvo marcada por excesos, diferencias creativas y rupturas. Abandonó la banda en 1982, regresó en 1996 para la icónica gira de reunión y luego retomó su carrera solista, siempre fiel a su estilo rebelde.
Un legado imposible de borrar
Su huella está en discos inmortales como Kiss (1974), Destroyer (1976) y Love Gun (1977). Frehley no solo definió el sonido de una generación, sino que inspiró a miles de guitarristas con su técnica única y su presencia escénica.
Tras conocerse la noticia, artistas como Slash, Tommy Thayer y Dave Grohl expresaron su pesar, calificando su muerte como “el fin de una era”.