Ozzy Osbourne, la voz inconfundible del heavy metal y uno de los personajes más icónicos de la música mundial, falleció este lunes dejando un legado imborrable que marcó a generaciones enteras. Conocido como el «Príncipe de las Tinieblas», su vida estuvo llena de éxitos, excesos y excentricidades que lo convirtieron en una figura única dentro del rock.
Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham, Inglaterra, el 3 de diciembre de 1948, alcanzó la fama mundial como el vocalista principal de Black Sabbath, banda pionera del heavy metal que revolucionó la música en los años 70. Temas como «Paranoid», «Iron Man» y «War Pigs» se convirtieron en himnos del género.
Tras su salida de Black Sabbath, Ozzy lanzó una carrera solista que también fue legendaria, con discos como «Blizzard of Ozz» y «Diary of a Madman», donde brilló junto al guitarrista Randy Rhoads. Su estilo irreverente, su voz rasgada y su capacidad de reinvención lo mantuvieron vigente por décadas.
Pero no solo fue música. Osbourne también se volvió un personaje de la cultura pop global gracias al reality show «The Osbournes», donde millones de personas conocieron su lado más familiar, caótico y humano. Su sinceridad brutal y su capacidad para reírse de sí mismo lo hicieron aún más querido por sus fans.
A lo largo de su vida, enfrentó problemas de salud, adicciones y diagnósticos complejos, como el Parkinson que reveló en 2020. Aun así, continuó luchando por volver a los escenarios, demostrando una tenacidad admirable.
Hoy, el mundo despide a un hombre que rompió reglas, vivió intensamente y hizo historia. La industria musical lo llora, pero también lo celebra como una leyenda eterna del rock.