El 26 de mayo de 2025, imágenes del gigantesco carguero MSC Elsa 3, de 184 metros de largo, naufragando a unos 70 kilómetros de la ciudad de Kochi, en la India, se volvieron virales en redes sociales. El incidente, lejos de pasar desapercibido, se convirtió en el centro de un rumor que encendió las alarmas entre miles de compradores en Colombia: según publicaciones en redes, el barco traía mercancía de la popular aplicación de compras Temu, y por culpa del naufragio, los pedidos podrían llegar tarde… o no llegar nunca.
En medio de la confusión, se hablaba de contenedores perdidos, mercancías arruinadas y compras en el limbo. Sin embargo, la compañía Temu salió a desmentir rotundamente el rumor. En declaraciones recogidas por el diario El Tiempo, aseguraron: “El incidente no tiene relación con Temu ni con nuestras operaciones”. La angustia, entonces, se disipó rápidamente.
Lo cierto es que el MSC Elsa 3 transportaba 640 contenedores, incluidos 13 con sustancias peligrosas como carburo de calcio. Algunos de estos cayeron al mar, pero según reportes locales, están siendo arrastrados a la costa del estado de Kerala por el oleaje. A bordo del buque iban 24 tripulantes, provenientes de Georgia, Rusia, Ucrania y Filipinas, todos rescatados con éxito según el Ministerio de Defensa indio.
Pero el fenómeno no solo dejó ver el poder de los rumores virales, sino también el impacto real del comercio electrónico en la vida cotidiana. En Colombia, las compras digitales alcanzaron los 41,9 billones de pesos durante el primer semestre de 2024, de acuerdo con la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (Ccce). Aunque el crecimiento ha sido más lento que en años anteriores, el sector sigue consolidándose, impulsado por eventos como el HotSale y por la creciente confianza del consumidor en plataformas digitales.
Entre las categorías más compradas están viajes, tecnología, moda y productos para el hogar, reflejando una clara evolución en los hábitos de consumo. No obstante, este auge también exige mayor precaución y educación digital. La Ccce y otras entidades han advertido sobre la necesidad de reforzar la seguridad de los usuarios, recomendando compras solo en sitios seguros (https, SSL), evitar redes públicas, comparar precios y verificar la autenticidad de las tiendas.
Así, lo que comenzó como una falsa alarma por un barco hundido, terminó siendo un llamado de atención sobre cómo los rumores en internet pueden afectar la percepción del comercio global. Y aunque esta vez Temu no tuvo nada que ver, el episodio recordó la importancia de verificar la información antes de compartirla. En la era de las compras digitales, no todo lo que flota… es verdad.
