El Congreso de Perú aprobó este viernes la vacancia presidencial de Dina Boluarte con 122 votos a favor, tras la presentación de varias mociones impulsadas por bloques opositores. La destitución se da en medio de una profunda crisis política y social que ha sacudido al país durante los últimos meses.
Con la salida de Boluarte y sin vicepresidentes en funciones, la presidencia de la República recayó en José Jerí Oré, quien hasta horas antes era el presidente del Parlamento. De acuerdo con el artículo 115 de la Constitución peruana, el titular del Congreso debe asumir el mando en caso de ausencia total del presidente y vicepresidentes.
José Enrique Jerí Oré, de 39 años y oriundo de Lima, es abogado y militante del partido Somos Perú desde 2013. Aunque inició su carrera política como asesor parlamentario, logró llegar al Congreso tras la inhabilitación del expresidente Martín Vizcarra.
Durante su paso por el Legislativo, Jerí impulsó proyectos vinculados al trabajo, seguridad, salud y educación, pero su nombre también ha estado envuelto en acusaciones graves y controversias judiciales.
Acusaciones y polémicas alrededor del nuevo presidente
La figura de Jerí genera polémica. En enero de 2025 se conoció una denuncia por violación sexual en su contra. La víctima relató que, durante una reunión social, perdió el conocimiento tras consumir alcohol y despertó con signos de agresión, hallando una prenda del congresista a su lado.
Aunque el caso fue archivado por el fiscal supremo Tomás Gálvez por “falta de pruebas directas”, los colectivos feministas denunciaron “impunidad y encubrimiento”, cuestionando la idoneidad del ahora presidente.
Además, Jerí fue investigado por desobediencia a la autoridad, luego de que un juzgado le ordenara someterse a un tratamiento psicológico obligatorio por “conducta sexual patológica”. El entonces parlamentario no cumplió la medida, lo que derivó en un proceso penal pendiente.
La llegada de José Jerí a la presidencia ha generado una ola de reacciones encontradas. Mientras algunos sectores piden estabilidad institucional, otros aseguran que Perú está siendo conducido por un líder sin legitimidad moral.
Analistas advierten que esta transición podría profundizar la desconfianza ciudadana en el sistema político peruano, que en menos de cinco años ha visto pasar a seis presidentes entre renuncias, destituciones y procesos judiciales.
Por ahora, Jerí ha prometido “restaurar la paz y la gobernabilidad”, aunque las calles de Lima y otras ciudades del país permanecen en tensión ante las nuevas protestas convocadas por organizaciones sociales.