Asciende a 2,500 el número de personas fallecidas por el terremoto en Marruecos.
Según el informe del Ministerio del Interior, otras 2,400 personas se encuentran gravemente heridas en los albergues improvisados tras la catástrofe, muchas de las víctimas son provenientes de la provincia Marrakech, al sur del país, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad y muy popular entre los turistas.
Sin embargo, se reportan más víctimas en las aldeas rurales (lejos de Marrakech) donde muchas personas aún no han recibido ayuda.
«La gente todavía está bajo las rocas, la gente todavía está sufriendo y está tratando de llegar a otras personas en estas aldeas, pero todavía no pueden llegar a ellos».
El rey Mohammed VI declaró tres días de luto nacional y ordenó alojamiento, comida y otro tipo de ayuda para los supervivientes. Sin embargo, aún no ha visitado las zonas destruidas y ha rechazado ayuda internacional de diferentes países, a excepción de España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Además, mencionó que el Gobierno marroquí no descarta pedir ayuda a otros países en caso de ser necesario.
El país se encuentra en una carrera contrarreloj para rescatar a las personas atrapadas bajo los escombros. Muchos ciudadanos usan sus manos como palas para excavar, haciendo un sobre esfuerzo por encontrar sobrevivientes, mientras los equipos de respuesta trabajan arduamente para llevar la maquinaria necesaria.
Mientras tanto, algunas personas comenzaron a enterrar a sus familiares en el pueblo de Tafeghaghte, destruido casi en su totalidad, a 60 kilómetros al suroeste de Marrakech.
De acuerdo con Caroline Holt de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), los próximos «dos o tres días serán críticos para encontrar a las personas atrapadas bajo los escombros».