El 20 de enero, Donald Trump tomará posesión como el 47.º presidente de Estados Unidos, marcando su regreso a la Casa Blanca tras ganar las elecciones presidenciales de 2024. Este evento histórico será el primero de su tipo, ya que Trump será el primer mandatario estadounidense en ejercer dos mandatos no consecutivos desde Grover Cleveland en el siglo XIX.
La solemne ceremonia de investidura se llevará a cabo en el Capitolio, siguiendo las tradicionales costumbres que simbolizan la estabilidad democrática de la nación. Los actos oficiales iniciarán en la Casa Blanca, donde el presidente saliente Joe Biden recibirá a Trump y a su esposa, Melania Trump, en un gesto de cortesía protocolar. Posteriormente, ambos líderes compartirán el emblemático recorrido hacia el Capitolio, marcando la continuidad del gobierno de los Estados Unidos.
El momento central de la jornada será al mediodía, cuando Donald Trump preste juramento ante el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, utilizando su característico tono firme para comprometerse a «preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos».
El discurso inaugural, que se espera sea enérgico y lleno de promesas ambiciosas, delineará los pilares de su administración, destacando políticas de seguridad fronteriza, reformas fiscales y un enfoque más agresivo en el comercio internacional.
LOS INVITADOS
La ceremonia de investidura contará con la presencia de expresidentes, legisladores, magistrados y líderes internacionales, incluidos el presidente de Argentina, Javier Milei, y el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. Además, habrá presentaciones musicales patrióticas, siguiendo la tradición.
La seguridad será crucial, con miles de agentes desplegados en Washington D.C. y protocolos estrictos del Servicio Secreto para garantizar el orden y proteger a los asistentes.
Su impacto en América Latina
El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca podría impactar significativamente a América Latina en áreas clave como comercio, inmigración y relaciones diplomáticas. Se espera que mantenga su enfoque de endurecimiento migratorio, con restricciones adicionales y un control más estricto en los procesos de asilo. En el comercio, podría presionar por tratados más favorables para EE. UU., afectando economías como México y Brasil.
En la política exterior, su regreso podría fortalecer lazos con líderes latinoamericanos como Javier Milei y Nayib Bukele, pero también adoptar una postura más dura contra Venezuela y Cuba, reconfigurando alianzas en la región.
América Latina observa con atención, ya que las decisiones de Trump podrían moldear la estabilidad y el desarrollo de la región. Este segundo mandato será clave tanto para su legado político como para la unión de un país profundamente polarizado.