En un operativo conjunto, policías y militares desenterraron 63 sacos cargados con bloques de cocaína en el sector de playa Ligüiqui, Manabí. La droga, cuidadosamente oculta bajo tierra, estaba almacenada en un centro de acopio clandestino en una zona rural de la ruta del Spondylus.
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Según reportaron las autoridades en redes sociales, se trata de más de dos toneladas de cocaína, distribuidas en 1 816 bloques dentro de sacos de yute. Las acciones de inteligencia policial permitieron localizar este escondite, logrando retirar del mercado ilegal unas 20 millones de dosis de droga, destinadas probablemente al tráfico internacional.
El impacto económico para los grupos narcocriminales es devastador, con pérdidas estimadas en más de USD 56 millones. Este operativo subraya el compromiso de las fuerzas de seguridad en su lucha contra el narcotráfico, aunque, según el informe oficial, no se reportaron detenidos tras el decomiso.
La operación no solo destaca por el volumen de droga incautada, sino también por la precisión con la que se ejecutó, demostrando la eficiencia de los equipos de inteligencia en desarticular rutas y centros logísticos del crimen organizado.