La crisis hídrica que golpea al sur de Quito desde el colapso de la tubería principal del sistema Mica‑Quito Sur ha obligado a más de 200 barrios a vivir con racionamientos extremos. Cada madrugada, vecinos de sectores como Caupicho y Rumihurco caminan con bidones hasta vertientes naturales para conseguir el líquido; otros agotan la paciencia hasta pasada la medianoche esperando la llegada de los tanqueros municipales, que resultan insuficientes frente a la demanda.
🔴 @pabelml advierte que el sur de Quito seguirá sin agua hasta el próximo fin de semana mientras avanzan con la reparación de la tubería dañada. pic.twitter.com/ghFHo1lgfp
— Central News EC (@CentralNewsEC) July 13, 2025
El alcalde Pabel Muñoz explicó que el fin de semana se pasó de 30 a 57 unidades operativas, aunque reconoció que la flota no cubre el déficit. Por ello hizo un llamado a propietarios de tanqueros privados: aun cuando no estén certificados para agua potable, pueden abastecer baños, lavanderías comunitarias y labores domésticas básicas.
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Mientras Epmaps instala depósitos portátiles en puntos críticos, la organización barrial se vuelve clave. En La Ecuatoriana, los vecinos recaudan fondos por chat para contratar cinco tanqueros adicionales, establecen filas prioritarias y regulan, de forma solidaria, la cantidad que cada familia retira. Sin embargo, la descoordinación oficial en la distribución ha agudizado la tensión durante los cinco días que lleva la emergencia.
La red de apoyo trasciende los límites de la capital: Salcedo, Guaranda, Santo Domingo y el Gobierno Provincial de Pichincha enviaron sus cuerpos de bomberos con tanqueros‑cisterna, elevando a 60 los vehículos que circulan por las calles del sur. La empresa privada tampoco se ha quedado atrás: restaurantes como Lucía y Rincón del Gaucho, y compañías como Arca, El Ordeño y Holcim, aportan agua embotellada, alimentos y artículos de higiene para familias vulnerables. Solo el sábado se atendió a 500 personas con discapacidad o enfermedades graves; el domingo la meta subió a 600 beneficiarios en 31 barrios.
La expectativa vecinal se centra en que las autoridades restablezcan el servicio esta misma semana; de lo contrario, la solidaridad ciudadana y la colaboración interprovincial seguirán siendo el salvavidas para miles de quiteños.