La eterna rivalidad entre el presidente Daniel Noboa y el alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, suma un nuevo capítulo. Esta vez, la disputa gira en torno a la ubicación del futuro aeropuerto internacional de la ciudad, una obra considerada estratégica para el desarrollo económico y la conectividad del Ecuador.
Mientras el Gobierno insiste en que la parroquia Taura, en Naranjal, es la mejor opción, el Cabildo sostiene que el proyecto debe construirse en Daular, donde ya existen estudios técnicos con más de cinco décadas de respaldo.
Noboa defiende su propuesta asegurando que Taura está a solo 38 kilómetros de Guayaquil y ofrece ventajas en accesibilidad para usuarios provenientes de Cuenca, Machala, Loja y la propia urbe porteña. “Es la misma distancia y con menos tráfico que ir a Daular”, enfatizó el mandatario en una entrevista radial, añadiendo que los gremios económicos han dado una respuesta positiva a esta iniciativa.
Por el contrario, Álvarez calificó la idea presidencial como un “invento” y recordó, a través de su cuenta en X, que Daular cuenta con más de 50 años de estudios técnicos y una inversión de 49 millones de dólares en análisis ambientales, climáticos y de impacto. Según el alcalde, la discusión no es política, sino técnica, y el trabajo acumulado no puede ser ignorado.
Este choque de posturas no es un hecho aislado: refleja las crecientes tensiones entre Carondelet y el Municipio de Guayaquil, donde cada actor político busca imponer su visión en un proyecto que definirá el futuro aéreo de la ciudad.
La pregunta que ahora divide a la opinión pública es clara: ¿se construirá el nuevo aeropuerto en Daular, con décadas de estudios, o en Taura, bajo el impulso presidencial?
