Un comité internacional ha solicitado urgentemente una evaluación médica independiente para el exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, tras alertar que su estado de salud ha empeorado significativamente. Temen que Glas, quien está en prisión, esté en grave riesgo de un nuevo intento de suicidio.
El comité ha pedido a organizaciones como Cruz Roja Internacional, Médicos Sin Fronteras, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Sistema de Naciones Unidas que se unan para enviar una misión médica para evaluar a Glas. Según el comité, el exvicepresidente padece espondilitis anquilosante, hipertensión arterial, gastritis crónica, fibromialgia y depresión.
Además, se ha señalado que Glas está tomando más de 40 pastillas diarias, lo que se considera una combinación peligrosa de medicamentos. El organismo encargado de administrar las prisiones en Ecuador, SNAI, aún no ha respondido a estas acusaciones.
El coordinador del comité, Sacha Llorenti, expresó que el coctel de medicamentos podría tener una alta probabilidad de inducir un suicidio, mientras Glas continúa en una cárcel de máxima seguridad en Guayaquil desde abril de 2024.
Pocos días después de su arresto, Jorge Glas fue brevemente hospitalizado tras sufrir una descompensación por negarse a comer, según informaron las autoridades penitenciarias y sus abogados. El expresidente Rafael Correa había denunciado previamente que Glas había intentado suicidarse.
Con 54 años, Glas se encuentra en el centro de una disputa diplomática entre Ecuador y México, que le otorgó asilo político que Quito no reconoce. Ecuador sostiene que la detención de Glas es legítima debido a su condena por delitos comunes.
La situación escaló después de la incursión en la embajada mexicana en Quito, lo que llevó a México a demandar a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y a retirar a su personal del país. México también ha delegado a Suiza la representación diplomática en Quito.
Glas, exvicepresidente durante el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), se había refugiado en la embajada mexicana a finales de 2023, alegando persecución política.