El presidente Daniel Noboa resaltó el contundente respaldo ciudadano que recibió la marcha por la paz realizada el lunes 22 de septiembre en Latacunga, y aprovechó un acto público este martes para reafirmar su agenda social y su postura contra la violencia criminal.
En el parque central de la parroquia Belisario Quevedo, durante la entrega de beneficios del Seguro Social Campesino, el mandatario destacó que miles de personas salieron a respaldar la gestión del Gobierno, mientras que —dijo— un reducido grupo intentó boicotear la normalidad con acciones que no reflejan la voluntad mayoritaria del país. Noboa contrastó la masiva movilización a favor de la convivencia con la “marcha del paro”, que describió como acotada y poco representativa.
El presidente defendió su política de firmeza: afirmó que su administración no dará pasos atrás ante presiones que pongan en riesgo programas sociales y proyectos para emprendedores, jóvenes y agricultores. Según Noboa, en los últimos diez días el Gobierno ha desembolsado más de 350 millones de dólares en beneficios sociales destinados a mitigar el impacto económico y promover oportunidades.
Sobre seguridad, el jefe de Estado reiteró su lucha frontal contra organizaciones delictivas y el narcotráfico: “A los delincuentes los atrapamos y los ponemos tras las rejas”, dijo con énfasis. Además, vinculó la detención de presuntos extranjeros en protestas con la presencia del Tren de Aragua, señalando la necesidad de mantener vigilancia y controles más estrictos.
En el mismo evento, el Presidente defendió su propuesta de consulta popular para convocar a una asamblea constituyente, rechazando las críticas de actores políticos que, afirmó, fracasaron en gestiones previas. “No retrocedemos porque de ello depende el futuro de la gente”, dijo, y aseguró que su gobernabilidad persigue entregar resultados concretos y protección para los sectores más vulnerables.
La jornada en Latacunga dejó una radiografía política: un Gobierno que exhibe apoyo popular, promesas de continuidad en su paquete social y una línea dura en seguridad que promete mantenerse inalterable frente a la presión social y política.