YA LE PUSIERON FECHA DE VIAJE A LA VICE

La situación entre el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y la vicepresidenta, Verónica Abad, se ha complicado aún más después de la ampliación del nombramiento de Abad como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria en Israel. Esta decisión se suma a su designación previa como «colaboradora para la paz entre Israel y Palestina».

La fecha para el viaje de Verónica Abad a Israel ya está programada. De acuerdo con las instrucciones del presidente, la vicepresidenta deberá presentarse en la Embajada del Ecuador en Tel Aviv el domingo 10 de diciembre de 2023, marcando así el inicio de su misión diplomática en el país de Oriente Medio.

En el Decreto 61, el presidente Daniel Noboa dispuso la coordinación entre la Cancillería, la Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Finanzas para llevar a cabo el traslado de Verónica Abad a Israel. Esta coordinación tiene como objetivo gestionar el pago de la remuneración de Abad, así como otros gastos relacionados con su misión diplomática en Tel Aviv.

El conflicto entre ambos se hizo evidente cuando Abad anunció su designación en una rueda de prensa y expresó su desacuerdo con la decisión del presidente. A pesar de buscar un diálogo con Noboa, solo logró reunirse con la ministra de Relaciones Exteriores, Gabriela Sommerfeld, para preparar su misión en Israel.

El distanciamiento entre Noboa y Abad se remonta a la campaña electoral, donde no se les vio juntos en actividades previas a la segunda vuelta. La vicepresidenta ha señalado que no fue invitada a ciertos eventos oficiales, lo que ha generado tensiones adicionales.

Abad también ha manifestado su descontento con el pacto político entre el oficialismo, el correísmo y el Partido Social Cristiano (PSC) para controlar la mesa directiva de la Asamblea Nacional. Además, su participación en actividades internacionales sin previo aviso ha generado controversia.

La ampliación del nombramiento de Abad en medio de estas controversias agrega un nuevo capítulo al conflicto entre la vicepresidenta y el presidente, planteando interrogantes sobre la dinámica interna del gobierno y su capacidad para gestionar la discordia en la administración.

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