La tranquilidad de Puerto Tirol, Chaco, se quebró la tarde del jueves cuando un enorme cilindro metálico apareció incrustado en un campo privado, dejando atónitos a vecinos y autoridades. El hallazgo, que parece sacado de una película de ciencia ficción, ya es considerado uno de los sucesos más enigmáticos del año en Argentina.
El objeto, de 1,70 metros de largo y 1,20 de diámetro, fue detectado en el Campo Rossi por su propietario, Ramón Ricardo González, quien dio aviso inmediato a la Policía. Desde entonces, la zona permanece custodiada bajo estrictas medidas de seguridad, mientras especialistas intentan descifrar qué es exactamente lo que cayó del cielo.


¿Basura espacial o tecnología extranjera?
Peritos locales confirmaron que la pieza está hecha de fibra de carbono y porta un número de serie, lo que alimenta la teoría de que se trata de chatarra espacial. Las primeras versiones apuntan a que podría pertenecer a SpaceX, la compañía de Elon Musk, pero también surgió una hipótesis más inquietante: que el artefacto corresponde al cohete chino Jielong 3, lanzado días atrás y cuya trayectoria coincide con el cielo argentino.
El detalle que ha sembrado intriga es que vecinos de distintas provincias reportaron la visión de un “objeto brillante” atravesando la atmósfera la noche del 24 de septiembre, justo horas antes del hallazgo.


Riesgos y custodia militar
Bomberos y expertos en explosivos descartaron peligro inmediato, pero aclararon que se trata de un COPV, un depósito de combustible de alta presión capaz de almacenar gases como oxígeno, nitrógeno o helio. Por ese motivo, el cilindro permanece bajo resguardo y solo personal especializado puede acercarse.
El hecho ya trasciende fronteras: medios internacionales han recogido el caso y advierten que la “basura espacial” podría convertirse en una amenaza cada vez más frecuente para poblaciones alejadas.
El temor entre los vecinos
Aunque las autoridades intentan transmitir calma, los habitantes de Puerto Tirol no ocultan su inquietud. Algunos ven en el cilindro un recordatorio de que la Tierra está recibiendo los restos de su propia carrera espacial, mientras otros, más escépticos, aseguran que “nadie dice la verdad” sobre lo que realmente cayó.
Lo cierto es que el misterio del cilindro chaqueño sigue abierto y promete nuevas revelaciones en los próximos días.