Un objeto interestelar nunca antes visto, bautizado como 3I/Atlas, acaba de cruzar nuestro sistema solar dejando más preguntas que respuestas. Su tamaño colosal —de hasta 20 kilómetros— y su origen desconocido fuera del sistema solar lo convierten en uno de los hallazgos más enigmáticos de la astronomía moderna.
Este visitante, que no orbita el Sol como los cuerpos celestes habituales, viaja a una velocidad sorprendente: más de 37 millas por segundo, lo cual indica que viene del espacio profundo y pronto continuará su ruta hacia lo desconocido. Detectado por un observatorio en Chile del programa ATLAS, financiado por la NASA, su paso fue tan fugaz como inquietante.
Aunque ha sido catalogado como un cometa interestelar, varios expertos no descartan que este tipo de cuerpos puedan transportar moléculas complejas, e incluso precursores de vida. Algunos van más allá y plantean la hipótesis de que estos objetos podrían ser mensajeros de otros sistemas estelares, o, en el caso más extremo, tecnología de origen no humano.
Este es apenas el tercer objeto interestelar detectado hasta hoy, luego de ‘Oumuamua en 2017 —cuya forma y trayectoria desataron teorías sobre una nave alienígena— y 2I/Borisov en 2019. Sin embargo, 3I/Atlas es el más grande de todos y podría tener implicaciones mucho más profundas.
We continue to follow the new guest of our Solar system!
— Black Hole (@konstructivizm) July 9, 2025
Recall! The interstellar object 3I/ATLAS has burst into our system. This is already the third interstellar object in the history of observations.
Its diameter is about 10-30 km!
And the speed of movement is 61 km/s. pic.twitter.com/zhdCT94ZAO
Astrónomos de todo el mundo están acelerando estudios para analizar su composición, forma y comportamiento inusual, con la esperanza de encontrar pistas que revelen si proviene de un entorno donde la vida —tal vez muy diferente a la nuestra— pudo haber existido o evolucionado.
Por ahora, el misterioso objeto sigue su camino silencioso, dejando atrás más incógnitas que certezas. Pero una cosa es clara: el universo acaba de recordarnos que no estamos solos… al menos, no en cuanto a visitantes.