El Día Internacional del Gato se conmemora en tres ocasiones a lo largo del año: el 20 de febrero, el 8 de agosto y el 29 de octubre. Cada una de estas fechas tiene razones únicas y especiales para recordar a estos adorables felinos.
Los gatos han ganado una gran relevancia como mascotas en la sociedad contemporánea. Su relación con los seres humanos tiene sus raíces en la antigüedad, cuando la humanidad pasó de ser nómada a domesticar a los animales.
El inicio de esta celebración internacional se sitúa en los años 90. Durante ese período, Socks, el gato adoptado por Chelsea Clinton, hija de Bill Clinton, alcanzó fama mundial por su participación en diversos eventos oficiales, capturando la atención global gracias a su carisma y características singulares.
Sin embargo, la salud de Socks se vio afectada en 2009 cuando fue diagnosticado con cáncer de garganta. Tras una lucha contra la enfermedad, el 20 de febrero fue sometido a la eutanasia. Para honrar su memoria, se decidió establecer el 20 de febrero como el Día Internacional del Gato.
Después de este acontecimiento, las razones para conmemorar a los gatos se multiplicaron. En 2002, el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales (IFAW) eligió el 8 de agosto como un nuevo Día Internacional del Gato debido a que este mes marca el periodo de mayor actividad reproductiva de estos felinos, influenciado por la luz y el aumento de las temperaturas. El propósito era fomentar la conciencia sobre la importancia de cuidar a estas mascotas.
Finalmente, Colleen Paige, una experta en el cuidado de mascotas, propuso el 29 de octubre como otra fecha internacional para generar conciencia sobre el abandono de gatos en las calles urbanas. De esta manera, se establecieron tres fechas distintas para celebrar y reflexionar acerca de los gatos.