La ciudad de Quito se mantiene en alerta ante la serie de atentados y llamadas de alerta que la han afectado en los últimos días. Un operativo de seguridad realizado en el sector de San Roque, en el centro de Quito, se extendió hasta la 01:00 de la madrugada del 16 de enero después de descubrir 130 tacos de dinamita abandonados a las 23:00 de la noche anterior.
El general Wilson Pavón, comandante de la Policía en Quito, informó que los explosivos fueron dejados por individuos desconocidos cerca de la puerta principal de una unidad de Policía comunitaria en el sector. Pavón señaló que la dinamita encontrada se utiliza comúnmente en la minería y que se ha iniciado una investigación para rastrear el material. Además, indicó que a los individuos les faltaban «componentes para detonar la carga explosiva».
Equipos antiexplosivos de la Policía, junto con unidades de Criminalística y otros agentes, se desplazaron al lugar para asegurar y retirar la dinamita camuflada en sacos blancos. Dada la cantidad de explosivos, no fue posible realizar una detonación controlada en el lugar, por lo que el material fue transportado a las bodegas de la Policía en la capital para su destrucción.
El suceso generó alarma en la población de San Roque, llevando a la Policía y al personal del Municipio de Quito a mantener una reunión para definir operativos de vigilancia en la zona. El general Pavón afirmó que la Policía está desplegada en todos los distritos de la capital y que hasta el momento se han detenido a 77 personas por diversos delitos, incluido el presunto terrorismo.
Los operativos se extenderán al sector del mercado, donde se realiza una feria ciudadana cada martes. El alcalde Pabel Muñoz calificó la situación como una «guerra psicológica» y expresó que los incidentes forman parte de un intento de alertar a la ciudadanía y generar amplificación de la inseguridad en la ciudad.
