Las autoridades mexicanas arrestaron a Nelson Enrique Bautista Reatiga, conocido como ‘Poporro’, el principal coordinador del tráfico de migrantes desde varios países de la región, incluyendo Ecuador, hacia Estados Unidos. ‘Poporro’ era también socio de los carteles Jalisco Nueva Generación y Tijuana, según informó el director de la Policía colombiana, general William René Salamanca.
La detención tuvo lugar en Cancún, México, poniendo fin a 18 años de actividad criminal. ‘Poporro’ operaba desde Cancún y lideraba una red internacional de tráfico de migrantes que provenían de países como Ecuador, Venezuela, Perú, Chile y Panamá. Usando el alias ‘Don Antonio’, contactaba a los migrantes a través de WhatsApp, ofreciéndoles llevarlos hasta la frontera con Estados Unidos por tarifas entre USD 5,000 y USD 8,000.
HISTORIAL DELICTIVO DE «POPORRO»
Alias ‘Poporro’, identificado como Nelson Enrique Bautista Reatiga, inició su carrera delictiva en 2006 como miembro de un grupo armado organizado. Posteriormente, formó su propia banda llamada ‘Los del Sur’, involucrada en actividades como microtráfico, extorsión y sicariato en el noreste de Colombia. Después, incursionó en el narcotráfico, convirtiéndose en proveedor y socio de los carteles de Jalisco Nueva Generación y Tijuana.
En 2020, huyó a México debido a una guerra territorial con otro criminal conocido como alias ‘Pichi’. Una vez en Cancún, lideró una red internacional de tráfico de migrantes que provenían de países como Ecuador, Venezuela, Perú, Chile y Panamá. Utilizaba múltiples cuentas de WhatsApp bajo el nombre ‘Don Antonio’ para contactar a los migrantes y ofrecerles traslados a la frontera con Estados Unidos por tarifas que oscilaban entre USD 5,000 y USD 8,000.
La ruta implicaba viajar desde Bogotá a Cancún y luego ser transportados a los estados de Quintana Roo y Yucatán en condiciones extremas. Después de unos días en esos lugares, continuaban su viaje hacia Tijuana, donde eran distribuidos a zonas rurales para atravesar a pie el desierto hacia Estados Unidos. Durante este proceso, los migrantes eran obligados a transportar cocaína o a ingerir cápsulas del alcaloide. Una vez cruzaban la frontera, eran forzados a grabar videos de agradecimiento a ‘Don Antonio’ para su difusión en redes sociales.
