La noche del 10 de junio de 2024, la fiscal Diana Salazar dio un giro al caso Nene al solicitar a la Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) fijar fecha y hora para la audiencia de vinculación de Verónica Abad y su asesor Daniel Redrován.
Inicialmente centrado en presunto tráfico de influencias, el caso tomó un nuevo rumbo tras la detención y procesamiento de Sebastián Barreiro, hijo de la vicepresidenta Abad. Ahora, el agente fiscal Carlos Alarcón, encargado del caso, se inhibió de continuar, citando indicios de la implicación de Abad en la trama de corrupción.
Por esta razón, el caso Nene fue transferido al despacho de Salazar, quien decidió modificar el delito a concusión. Además, vinculó a la investigación, que se extenderá por 30 días más, a Abad y Redrován, su asesor. Según la teoría del caso, Redrován y Barreiro se reunieron con Rommel P., el denunciante, ofreciéndole un puesto de alto rango en la Vicepresidencia. Sin embargo, a cambio, le solicitaron un porcentaje de su salario. Uno de los indicios que respaldan la decisión de vincular a Abad es el testimonio del excoordinador General de la Vicepresidencia, quien afirmó que fue la propia Vicepresidenta quien ordenó la contratación de Rommel P.
